Demencia, en Vitacura: a la espera de algo mayor
Desde lo culinario, se nota harto la espera de esa inspiración mayor: un comedor gastronómico que, de momento, duerme en el segundo nivel de la residencia que ocupa.
Desde lo culinario, se nota harto la espera de esa inspiración mayor: un comedor gastronómico que, de momento, duerme en el segundo nivel de la residencia que ocupa.
En una tarde de pocas mesas ocupadas y de aire bucólico, apareció una parrilla que podría marcar diferencias -en un barrio ultra competitivo- si ajustara sus detalles en cocina y servicio.
Es llamativo que en menos de un año, una serie de comedores itálicos casi en el mismo barrio, sean el símbolo de la recuperación culinaria en clave gourmet. Por acá, una descripción de su trabajo y ambiciones.
Muchos restaurantes aumentan sus opciones marinas, mientras que otros se dedican ciento por ciento a sacar desde la costa el sustento gastronómico de sus negocios.
La percepción es la de un comedor ni dedicado ni detallista. Uno basado en la producción en serie como el de casi todo mall que se precie de tal.
Hay cocina entretenida, coctelería fina, un trazo parafernálico preciso y sin siutiquerías, que le aportan onda a un sitio que también es un paso hacia adelante para las ambiciones de un cocinero, que no se conforma solo con un bar restaurante.
Beto Ponce, Pablo Awad, Manolo Villavicencio y Leo Severino forman desde la cocina, la administración, la coctelería y la sommeliería respectivamente, el equipo que lleva las riendas de esta distribuidora, emporio y restaurante, que inicia una nueva era tras la salida de su fundador Mauricio Fredes, con nuevas opciones gastronómicas, en cocteles, en vinos y la reciente apertura de locales -en Viña del Mar- parte de un plan de expansión que busca llegar a todo el país con un estilo al beber y al comer.
Lugares nuevos con la esperanza de marcar pautas en segmentos un tanto olvidados dentro de la gastronomía de la ciudad. Otros que buscan revitalizar nombres célebres del pasado reciente, que tras la pausa pandémica y política, desean volver a sus viejos buenos tiempos, renovados para seguir tal cual. Son las dos grandes tendencias que aparecen en la agenda de debutantes en el mercado santiaguino, donde se suman grandes espacios completos que cuentan los minutos con ansias para, por fin, abrir sus puertas.
Ya es una marca consolidada como un enclave del frescor marino absoluto. Algo que debiera ser moneda corriente en Chile pero donde pocos alcanzan altos grados de pureza desde el producto.