Crítica de restaurantes. Rancho Cunaquino, en Cunaco: a todo campo

En el medio del salón, el brasero encendido y encima una tetera grande, vaporeante invitando como lo haría el más amable de los anfitriones. Es una táctica de calidez combinada con un comedor de piso rojo, más mesas cuya sencillez se cubre de manteles blancos y un aire casero. Es que tras medio siglo de trayectoria en el Colchagua profundo, allí se sabe atraer con los códigos del campo.

Quinta la Chanchá, en Talca: la biblioteca de sabores maulinos

El restaurante del cocinero Rubén Tapia y familia se esmera en mostrar los sabores de su terruño, con una puesta en escena colorida y alegre, que hace juego con el verano. Un lugar para poner en la agenda, cuando podamos viajar o para el talquino mismo sin problemas.

La vida casera de Los Deportistas en Valparaíso

Puede que esta cocina bien subida a los cerros le dé su espalda al mar, pero no al sentido hogareño que la inspira desde hace mucho más de medio siglo. Tres generaciones la sostienen, a diario, creando un espacio único en el puerto.

Aquí reparto: Los Buenos Muchachos

En su pasado reciente hoy casi remoto, rindió jugosos frutos combinando carne, baile y juerga. Por obligación su formato fiestero estará guardado por largo tiempo, luciendo a cambio y para delivery a domicilio, una cara de sabor que sobrepasa a su sempiterna parrillada.