Entre recetas imprescindibles por su calidad y otras que requieren forzosos ajustes en sazón y preparación, se desenvuelve este comedor chileno-italiano, pegado al frescor del Parque Metropolitano desde hace más de tres décadas.
Carlos Reyes M.
Publicada en revista La Cav, septiembre 2023.
Está en la más sombreada y boscosa sección del Parque Metropolitano, con el Teleférico a la puerta y aportando de lo más cómodos mediante mesas que casi siempre miran hacia ese rincón deliciosamente improbable de Santiago. Divertimento lleva 32 años con esas cualidades sacando chapa de clásico, aportando al comer urbano con un híbrido entre criollo centrino e italiano.
Es un lugar trabajado desde las formas. Por su espacio y gracias a un servicio preocupado, informado, ameno sin poses. Correcto al ofrecer aperitivos del tipo piscos sour, en verdad, poco afiatados: de espuma suelta, muy dulces y bajos en frescura cítrica tanto en la versión chilena como la peruana ($ 5.200 y $ 7.200 respectivamente).
Existen recetas que se les dan muy bien, imprescindibles, como los Pulpitos moscardini ($ 9.800), salteados al ajillo y con tomate cherry, más motitas de aceitunas, que mezcló lo tierno del marisco con un de acidez vegetal, el poder del ajo y cierto picor, alegremente sumados al gusto del pulpo. Una pequeña delicia para compartir que se une a la Pesca del día ($ 15.900), una corvina de impecable cocción y acompañada por espinacas a la crema sin exceso lácteo y arroz graneado sabroso.
Aciertos que le hacen un gallito a otros que se pierden en los detalles: el pebre sin picor y de un tono a comino insufrible en las dos visitas al local. Esa sensación de “poner la pata encima” desde la sazón hizo que los Garbanzos trufados ($ 12.900), de muy buena textura entretejida de granos enteros y puré, se tiñeran en demasía por un aceite trufado que monopolizó el plato. Ojo, la trufa es aroma, no sabor: así cansa como lo hace cualquier moda. Y luego, una Plateada a la campesina ($ 15.900) bordeando de jugo al plato y reseca por dentro, además reblandecida por una cocción excesiva; bien vale revisar la receta para subirle el tono a la mordida y recuperar la enjundia interna. Su puré de papas, sabroso, aunque con más molienda, tanto mejor. La sensación de quedarse a medio camino se extendió a la Torta tres leches casera ($ 5.200), reseca en el fondo de la cucharada. Al final, un recorrido cuyos vaivenes de sazón marcaron una sensación preocupante. Ya se sabe: el diablo, también a la criolla, está en los detalles.
De los vinos: hay más de 70 referencias de un perfil bien tradicional, en un lugar que podría ser un enclave estratégico de vinos más under de todo el país. Tiene una oportunidad de prestigio allí. De todos modos, equilibrada en cepas y en precios que pueden hacer de la unión entre comida y vino, algo grato para el paladar y el bolsillo.
Av. El Cerro 722, Providencia. Tel. +56 9 7135 5664.
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