Jugando a la pichanga

Pichanga caliente sureña.
Pichanga caliente sureña.

Esperemos, eso sí, que los reporteros del comer global se topen con una hecha a la altura de las circunstancias, respetuosa del canon popular, de esas que hacen amigos en la mesa por su enjundia generosa y bien puesta.

 

Carlos Reyes M.
Publicado en El Llanquihue, 1 de agosto de 2023.

Taste Atlas (www.tasteatlas.com) se ha transformado en un barómetro del buen -o mal- comer del mundo. Esta web de origen croata no busca los remilgos propios de comedores de alta gama, sino mostrar comidas tradicionales de todo el globo. Vaya palo al gato que pegaron en términos mediáticos, azuzando nacionalismos que prenden rápido sobre todo entre los medios de comunicación a nivel global, ávidos de llamar la atención en este ambiente hiper excitado de estímulos.

Pichanga campesina centrina.
Pichanga campesina centrina.

Trabajan mostrando recetas, tradiciones, como también en inefables rankings cuya credibilidad es tan dudosa, como algunas encuestas que por estos lados marcan la pauta semanal. Hace poco en esas listas se ensañaron con la popular pichanga, situándola entre los peores platos del mundo. Aclaremos que la aludida es la centrina -o nortina para estos efectos-, cuya receta de verdad se encuentra en baja, mancillada, sobre todo por el mainstream supermercadista: pepinillos, zanahorias y coliflores mal encurtidas, acompañadas de escasos dados de queso de mala muerte, jamonadas de chancho o pavo y otros fiambres grasosos, sometidos al arbitrio de un vinagre amplifica una mala performance. Tienen razón los croatas, aunque seguramente no probaron la versión con lonjas de cebolla en escabeche con vinagre real, de generosos trozos de arrollado, aceitunas zajadas y huevos duros tibios. La verdadera y campesina.

¿Sabrán que en Chile existen dos versiones del plato y que la de estos pagos suma, cuando está bien hecha, la deliciosa calidez de la papa recién frita (no congelada), dados de carne de chancho y vacuno salteados, longaniza aliñadita, palta, zanahoria encurtida y algo de tomate (en temporada, por favor)? Les vendría bien probar de nuevo, repetir la experiencia y comparar, a ver si subimos en sus listados. Esperemos, eso sí, que los reporteros del comer global se topen con una hecha a la altura de las circunstancias, respetuosa del canon popular, de esas que hacen amigos en la mesa por su enjundia generosa y bien puesta. Porque también en este sur están escaseando.

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