Por Carlos Reyes M.
La voracidad dantesca de los incendios forestales de este 2023, golpearon de lleno a la provincia de Itata, Biobío y parte de Cauquenes y Maule, tal como en 2017 el poder del fuego se sintió de lleno en esa misma zona y en O’Higgins. Las centenares de miles de hectáreas de plantaciones de pinos y eucaliptos quemadas, arrasaron con viviendas, predios de todo tipo, y una considerable cantidad de viñateros vieron desaparecer sus campos. Zonas como La Leonera, muy cercano a la localidad Guarilihue, comuna de Colelemu, acaso dueño del paisaje vitivinícola patrimonial más reconocido en Chile, fue barrida en la práctica. Se convirtieron en cenizas decenas de miles de parras centenarias, herederas de los primeros viñateros instalados en la zona desde el siglo XVI. Un daño en muchos casos irreversible -como en el caso de las plantas moscatel- o que tardará años en recuperar su vigor. Algo que muchos de los miles pequeños productores de uva y vino de la región no se pueden permitir.
Aquella durísima realidad ha despertado la solidaridad del mundo aficionado y profesional del vino a lo largo del país. Una vez dada la voz de alerta, un grupo considerable de sommelieres, enólogos, productores de eventos, de enoturismo y profesionales ligados al ambiente vitivinícola de Santiago y regiones, se organizaron para canalizar ayuda por medio de una serie de eventos en favor de los afectados.
El más importante, por su masividad, tendrá lugar este sábado 25 de febrero, desde las 12.00 horas, en los patios y dependencias de la Corporación Cultural de Ñuñoa (Irarrazaval 4280). Se trata de Barra Solidaria, actividad similar a la de 2017, pero a decir de sus organizadores de un alcance mucho mayor. Ya no se trata de un bar, sino de un parque completo con espacios para degustaciones de vinos, de comidas, aparte de una serie de acciones como subastas de botellas magnum, de cosechas antiguas y añadas verticales donadas por viñas nacionales, como también objetos como camisetas de clubes deportivos firmadas, entre otros atractivos. La entrada con cuatro ticket de degustación cuesta $ 15.000 y están disponibles en Enoticket (pulsa acá), otro de los organizadores.
A eso se suman dos acciones complementarias con la participación de destacadas figuras del ambiente vitivinícola internacional. El 3 de marzo en Liguria Lastarria (Merced 398, Santiago Centro) habrá una degustación de vinos del Itata comentada por un equipo compuesto por el español Luis Gutiérrez, crítico de vinos del sitio Wine Advocate -uno de los más importantes del mundo-; Alejandro Vigil, presidente de Wines of Argentina y director enológico de viña Catena Zapata, entre muchos otros vinos de renombre allende Los Andes; Francisco Baettig, dueño de la viña que lleva su nombre y director técnico de viña Errázuriz, además de Marcelo Retamal de viñedos de Alcohuaz -Elqui- y de larguísima trayectoria en el Chile viñatero.
Ese mismo día, desde las 20.00 en restaurante La Calma (Nueva Costanera 3832, local 2, Vitacura), el mismo equipo vuelve a mostrar los vinos del Itata, esta vez aliados a la reconocida comida marina del lugar preparada por Ignacio Ovalle. Allí se ofrecerá, además, en formato subasta, cosas una vertical de cuatro botellas de El Enemigo, vino consagrado como uno de los mejores de Argentina y firmados por su enólogo, precisamente Alejandro Vigil. Eso además de otros productos como destilados de alta gama y de un siglo de antigüedad.
Todo lo recaudado será entregado a los afectados, hasta el momento una cantidad incierta de ellos. Sencillamente porque los incendios prosiguen y desde la Asociación Gremial de Viñateros del Itata prefieren esperar hasta tener claro un catastro definitivo de viñedos dañados: “Aunque eso también es complicado de decir, porque en la práctica todos los viñateros serán afectados de alguna forma u otra, ya sea por el fuego o por el humo que se ha posado en las plantas, sobre todo en esta época de pinta”, cuenta su presidente Víctor Castellón. Asegura que pronto tendrán un catastro con una cifra definitiva que, es de esperar, no aumente con el correr de los días y del resto del verano.