Las grandes viñas mantienen el protagonismo en el concurso “Carmenere al Mundo 2022”

Carlos Reyes M.

Lo que se vivió este viernes 14 de octubre en el Centro Cultural de Rancagua puede considerarse un triunfo de la voluntad. Porque el ascenso de la singular cepa en el medio nacional, coronado con la séptima versión del concurso Carmenere al Mundo, tal vez sea la política público-privada más efectiva en pro de posicionar y aumentar el consumo de una variedad de vino en los últimos 35 años -por lo menos- en Chile.

Más que los esfuerzos por elevar el precio promedio de la caja de vino de exportación (solo lo ha hecho en base a la inflación en los últimos lustros), el redescubrimiento de la cepa en los campos maipinos de viña Carmen en 1994, gracias al ojo experto del ampelógrafo francés Jean Michel Boursiquot, ha sido el gran paradigma de crecimiento que ha ayudado, en buena parte, mover la aguja del consumo per cápita de vino en nuestro país, hasta un razonable 20.1 litros por persona (de acuerdo a lanndgeist.com usando datos de la OMS). El empeño de académicos, instituciones, agencias estatales y de los mismos productores mediante importantes acciones de publicidad y marketing, durante ya 28 años han convertido a esta cepa en una de las más consumidas en el ámbito nacional.

Es un jugador importante, tanto que en torno a su ser se realiza este concurso organizado por la ANIAE (Asociación Nacional de Ingenieros Agrónomos Enólogos de Chile) y patrocinado por la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV), que durante tres días reúne a especialistas nacionales y extranjeros, que evaluaron 163 muestras provenientes de 76 bodegas, quienes -detalle importante-, son las que envían sus botellas a la organización. Los galardones: medallas de oro y gran oro, además de los trofeos a los mejores en cada categoría: “Carmenère Puro” (vinos con más de un 85 % de Carmenère), “Mezcla Base Carmenère” (vinos con más de 50% y menos de 85% de Carmenère), “Mezcla con Carmenère” (vinos con más de 15% y menos de 50% de Carmenère). Y por supuesto, la guinda de la torta, el trofeo al Mejor Vino del certamen.

Esa guinda, más bien marrasquino, fue Doña Dominga Clásico de Familia 2022. La mejor mezcla fue para Marqués de Casa Concha 2021 de Concha y Toro, y los colchagüinos de Casa Silva repiten con Doña Dominga D6, Ensamblaje Tinto 2021.

De ahí en más se reparte nueve medallas de Gran Oro, y 52 preseas de Oro cuya sola lectura revela singularidades. Son las grandes empresas del vino nacional, con campos y estructuras productivas de medianas a grandes y presencia comercial consolidada, los que predominan tanto en el podio como en la lista medallera posterior. Solo un puñado de pequeños productores se encaraman entre los destacados de la versión 2022, denotando una presencia industrial indiscutible. Más allá de que se trata de un concurso y que posee dinámicas que tal vez desincentiven la presencia y protagonismo de más actores en torno a la cepa, es dato que sirve para perfilar el sentir actual del carmenere en Chile. Uno que, en palabras del enólogo Ricardo Baettig en un artículo escrito para el diario electrónico El Mostrador: “Después de todo, el Carmenère es un Millenial más que recién está empezando su vida adulta en el catálogo de las vides en Chile. ¡Es generación 94!”

 

 

Comparte: