Crítica de restaurante. Los Piures, en Pichilemu: el lugar adecuado

Por Carlos Reyes M.
Publicado en LA CAV, junio 2022.

Su nombre no se puede soslayar porque es tanto punto de encuentro como espacio que alude al poder marino. Lo primero se cumple harto: media hectárea para estacionar, para plantar hierbas comestibles, tener un mobiliario cómodo y espontáneo, que hace juego con ese peñón desnudo que es Punta de Lobos. También conversa con un galpón dominado por una larga mesa donde, es de esperar, se sienten juntos pescadores, surfistas, visitantes.

En lo segundo hay algunas promesas cumplidas. Fue una lástima no probar el Arroz caldúo de piures. No había aquel viernes de almuerzo otoñal. Sí, por suerte, un pequeñito Shot del marisco ($ 2.600) con toques de picor encumbrándose a su gusto metalizado, creó un juego suculento e intenso. La versión con algas también mostró lo suyo, con untuosidad umami seductora.

La carta es breve, matizada por una modernidad que la hace parecerse harto a lo hallado en locales de Alonso de Córdova -sin rolls, por suerte y con precios más módicos-. Ok, públicos similares, pero algo más de riesgo no vendría mal. El Tiradito acevichado ($ 9.200) sumó armonía de montaje, color, sabores ácidos, picosos, tropicales… y que ahogaron la expresión de la carne de reineta. Sería bueno revisar las sazones según la pesca fresca disponible. En ese sentido, mejor el Churrasco marino ($ 8.900), de pejerrey bien frito y crocante, dentro de un pan blando y esponjoso que hizo buen juego con aderezos. Los Tacos de pescado ($ 8.900), fritos y con tortilla de maíz, se apuntalaron golosos con una salsa picosa y ahumada. En el postre, las Papayas de Lipimávida ($ 4.400), quizá las mejores de Chile por intensidad y frescor, se aliaron placenteramente a la crema, a la clorifila para el color, y a un crumble de sésamo que se agradecería más fino.

El servicio, en la bienvenida, grato, amable, correcto en el manejo de los datos clave; pero luego se puso “el balde en la cabeza” sin atender a las señales, para saber por la demora de las entradas o para pedir algo más. No estaba ni a la mitad de su capacidad, consignemos. Pero detalles aparte, Los Piures aporta con su ánimo de hacer converger sabor costero y un aire de sociabilidad, atinando en eso de proveer un mar sin demasiadas complicaciones.

De los vinos: no aparecen en la carta y hay que pedirlos especialmente, en la barra (hay amabilidad en dar de probar). Suelen tener tres opciones que por copas van desde los $ 4.000 a los $ 5.000. Un buen rosado (Carolina Fernández) y un tinto grato y expresivo (Pillo de Panamá) fueron una regional y grata alternativa. Pero bueno, siempre se puede mostrar más.

Lote 30, Punta de Lobos, Pichilemu.
+56 9 2259 3204
@los_piures

 

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