Crítica de restaurantes. María María, en Valparaíso: un brote de actualidad en el puerto

Por Carlos Reyes M.
Publicado en LA CAV, abril 2022.

A veces surgen proyectos donde se nota el cuidado y pocas cosas quedan al azar. Sitios modernos, bien plantados que ponen al día el ambiente de la ciudad. Lugares como María María, raros en ese Valparaíso turístico que pese a todo resiste desafiante al desencanto urbano de su plan. Se nota pulcritud en detalles: paredes de ladrillos y envigados a la vista, claridad a todo evento -extendida al uniforme de sus garzonas-, una cocina a la vista de andar silente y concentrado en hora de almuerzo, la estética disposición de su bollería y pastelería. Es un todo armónico, grácil, que recuerda al entusiasmo de los primeros años del puerto como Patrimonio de la Humanidad.

Atrae, mucho; la gente exhibe paciencia para esperar su turno en hora de almuerzo. Pese a no contar con permisos para proveer de alcohol (maldita burocracia) y con apenas con un puñado de platos a mediodía. A modo de entrada, ese día, la Tabla meri meri ($ 10.500) significó dos trocitos de pan brioche etéreo, donde descansaron lengüitas de erizos sazonadas con salsa verde al perejil, cilantro y albahaca. Notable bocado secundado por choritos en escabeche, camarones de orilla porteños y fresquísimas almejas al natural. Un abreboca bien a la medida de dos personas, ideal para darle paso a la pesca del día: Reineta a la plancha ($ 7.500) con abundantes alcaparras bien arropadas de mantequilla negra. Equilibrio, sabor, aunque el pescado requería mejor punto de cocción. Las Papas fritas a la provenzal ($ 3.500) a modo de acompañamiento llegaron con un corte fino y cascarita que amplificaba el delicado crac de su espesor. Ricas.

Se ve cocina sencilla y de buen nivel, análoga a su panadería de croissants ligeros y crocantes a modo de ejemplo. Aparte, sandwiches también de tamaño justo, que salen del molde tradicional porteño como el de Coliflor crispy ($ 5.300) que cabe en dos manos, con fondo vegetal de harto verdor y sabor más bien tenue. Por su parte la Pavlova ($ 3.500), un merengue del día al que se le monta una consistente crema de queso más un toque de limón, naranja y almendras tostadas. Gratísimo fin de almuerzo junto a un Espresso ($ 1.600) de calidad. En María María prima la elegancia; exterior, de servicio, al plato, que sane insuflar aire fresco a las horas complejas del puerto gastronómico.

De los vinos: no tiene carta y se echa un montón de menos. Un Espresso tonic ($ 3.000), mezcla ideal de tónica y café, surgió como premio de consuelo en clave mocktail para acompañar los platos.

Beethoven 289, Cerro Concepción, Valparaíso. Tel.+56 9 2258 3530.
@mariamaria_valpo

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