
Se trata de un recorrido amplio, para una región donde los mapeos de restaurantes se dejan al arbitrio de Facebook, Google, Trip Advisor entre otras plataformas generalistas. Por eso es llamativa la iniciativa impulsada por Mejillón de Chile, la instancia gremial que suma a los productores de choritos (en adelante, mitilicultores) con el apoyo de Corfo, para crear una guía que resalte una serie de comedores donde el molusco forma parte de sus cartas. Es así como locales de Puerto Montt, Puerto Varas, Ancud, Castro, Maullín, Carelmapu, Hornopirén y Cochamó, muestran sus bondades al plato, con este producto como bandera.
A las tradicionales pailas marinas, curantos o caldillos del marisco, se suman preparaciones a la crema, pizzas, opciones al vapor, entre otras, que muestran lo versátil que puede el chorito en la cocina. Esa paleta de recetas siempre puede crecer en el tiempo, a medida que el visitante se entusiasme y luego pida más y más, para que luego los cocineros completen ese círculo ofreciendo preparaciones donde esos mariscos destaquen en el plato. Es algo trascendental en una región donde -en la práctica- aún se pueden recoger desde las costas, a mano.

De todas maneras, Guía Chorito es un grato punto de partida para demostrar, además, el arraigo de estos bivalvos en el habitante de esas tierras. Se trata, además, de aportar a los relieves de las múltiples formas de expresión cultural en torno al molusco, moldeadas durante -sin exagerar- miles de años en ese territorio.
Ok, lo de mejillones para nosotros los chilenos suena raro, pero es la denominación internacional de producto. Donde los productores nacionales juegan en primera división: el país es el segundo productor mundial y el primer exportador. Y un enorme porcentaje de las granjas mitilicultoras se encuentran repartidas por las costas de la Región de Los Lagos, tanto a nivel de pequeños productores como también de industriales, quienes muchas veces compran la producción a terceros de menor tamaño. Una cadena de favores con alto impacto regional.
La publicación es parte de una estrategia integral que busca incentivar el consumo interno, a nivel regional y nacional, pensando en sus cualidades nutricionales y otras tantas ventajas productivas. La más importante: su impacto en el entorno es bajo, bien bajo, si se compara con otras proteínas criadas en el mar. Ergo, la industria salmonera. Es además -y es preciso expresarlo- la primera publicación de este tipo encargada al equipo de Viaje al Sabor, lo que nos llena de orgullo y que se puede descargar de forma gratuita, en un formato interactivo, en la página de Los Lagos Travel linkeable a continuación.