Viaje al Sabor
Sin resultados
Ver todos los resultados
  • Inicio
  • Comer
  • Beber
  • Ver y leer
  • Críticas
  • Podcast
  • Charlas y Cursos
  • Quiénes Somos
  • Inicio
  • Comer
  • Beber
  • Ver y leer
  • Críticas
  • Podcast
  • Charlas y Cursos
  • Quiénes Somos
Viaje al Sabor
Sin resultados
Ver todos los resultados
Inicio Comer

Crítica de restaurante. Fuga del Lago, en Frutillar: disonancias

Es un restaurante con chapa internacional, aunque cruzado por sabores peruanos poco resueltos desde los dulzores excesivos. Y si cierra temprano, más encima, no es la mejor idea de cara a una época estival expectante en la Región de Los Lagos.

Por Carlos Reyes M.
Publicado en revista LA CAV, enero 2022.

Es de esperar que el horario de verano en Fuga del Lago se prolongue un rato más. Llegar a las 20.00 y que 60 minutos más tarde avisen del cierre de la cocina, en viernes, descorazona. Por último avisarlo desde la reserva, de manera electrónica o no. Cotiza a la baja ensimismarse mirando la inmensidad del Lago Llanquihue desde ese moderno comedor, o comentar con largueza alguna de las obras del teatro que aloja a este restaurante, bajo aquella restricción.

Por eso en esta reseña no se habla de postres. No se pudo. Una previa con un gin tonic ($ 5.900) con destilado nacional y con un par de rodajas de pepino -nada mal- junto a un Pisco sour ($ 4.500) más dulce de lo deseable, iniciaron una jornada, digamos, impostada. Porque su carta se insinúa de lo más internacional, con banderitas chilenas, francesas, japonesas, italianas o chinas en sus reseñas de platos, aunque en el fondo es la peruanidad lo que cruza toda su razón de ser. Nikkei, chifa; también algunos excesos grasos como en el Tartar El Reinal ($ 12.200), donde un picadillo fino de lomo liso, madurado, expresó sabor cárnico entre cebolla blanca, alcaparra y pepinillos, para luego sucumbir ante la mantequilla puesta al fondo de la comida. Luego, al Pork Belly Bao ($ 9.500) le faltó la textura etérea de los panes al vapor orientales, aunque no la gracia crocante de la malaya de chancho, que con un toque de mayonesa picante y chutney de ruibarbo, supo a delicia agridulce.

Los dulzores sin matices arreciaron en los fondos. Ocurrió con el Cerdo Jiangsu ($ 12.900), donde pasó por encima del arroz frito y la crocancia de una carne, en el fondo, sabrosa. Y lo hizo mucho más sobre el Chaufa Tofu ($ 10.900) con quinua salteada con verduras y fideos también fritos, bajo una salsa de naranja, que se enseñoreó con el plato. Y hasta ahí los platos porque el cierre “anticipado” cortó lo que podría ser una reivindicación desde los postres, conspirando a punta de disonancias culinarias, contra el esfuerzo por crear sensaciones superpuestas y armónicas entre sí, como sucede con el tejido musical de una fuga.

De los vinos: una carta pequeña y esforzada en ofrecer vinos un poco distintos de los habituales en la zona lacustre. Quizá mejor o más vino por copas ayudaría a pulir ese segmento.

Dirección: Phillipi 1000, Frutillar.
Teléfono: +56 9 5853 3914
Instagram: @fugadellago

Comparte en FacebookComparte en TwitterComparte en Whatsapp

 

 

Próxima nota
Heladería artesanal hoy: una deliciosa frialdad recorre Chile

Heladería artesanal hoy: una deliciosa frialdad recorre Chile

logo_sin_fondo
  • Inicio
  • Comer
  • Beber
  • Ver y leer
  • Críticas
  • Podcast
  • Charlas y Cursos
  • Quiénes Somos

Difundimos la culinaria en Chile y más allá, proyectando costumbres y saberes de las cocinas de todo el país, pasadas y contemporáneas.
Aquí encontrarás noticias, críticas, reflexiones y todo lo que sea sabrosa actualidad.

© 2021 Viaje al Sabor

Sin resultados
Ver todos los resultados
  • Inicio
  • Comer
  • Beber
  • Ver y leer
  • Críticas
  • Podcast
  • Charlas y Cursos
  • Quiénes Somos

© 2021 Viaje al Sabor