ESPECIAL ELECCIONES 2021: palabra de candidato: ¿Qué dicen sobre turismo y alimentación en sus programas?

Carlos Reyes M.

Aclaración. Primero que todo, un programa de gobierno no es más que una declaración de intenciones. O sea, perfectamente puede ser papel mojado una vez que el candidato mute a gobernante. Pero aún así se trata de un mapa de navegación que delinea el interés que cada postulante, grupo o alianza política, tiene respecto de diversos temas. En estos tiempos de incertidumbres, muchas de ellas introducidas deliberadamente y otras instaladas a cortesía de la inefable realidad, escudriñar sus fines resulta un ejercicio necesario.

Dos palabras sirven para orientar lo que piensan sobre el ámbito del comer: turismo y alimentación, junto con algunos términos derivados como “turístico”, “alimentario”, “alimento”. Los elegimos porque de manera directa o tangencial aluden a la gastronomía. La de restaurantes y la de casa; como parte del mercado de productos alimenticios para el rubro, el vino, la cerveza, el pisco. Desde la provisión de comida para toda la población, la educación en torno a su ideario, el rol de la agricultura a toda escala y por cierto, de la pesca.

La idea es mostrar lo más amplio del abanico de ideas al respecto, en los programas registrados por cada candidato ante el Servicio Electoral y en sus páginas web. No se tomen la molestia buscar términos más específicos como la misma gastronomía, restaurantes, vino, pisco. No están.

El orden de los candidatos es el mismo que verá en la papeleta este próximo 19 de noviembre.

 

Gabriel Boric Font. Alude de manera amplia al turismo. El programa de su sector lo considera parte clave de la transformación económica que buscan generar. Una “fuerza transformadora de la ciencia, tecnología conocimiento e innovación (CTCI)”. Esa sigla cruza buena parte de su programa, apostando a ese segmento como uno de sus ejes descentralizadores. Por ejemplo en su página 54 asegura que: “Invertiremos en infraestructura de apoyo al turismo de manera descentralizada (senderos, servicios sanitarios, señalización, alumbrado, miradores, etc), promoveremos activamente destinos y emprendimientos locales”. Más adelante (página 88), sin crear un ministerio específico, busca potenciar el poder de la subsecretaría del ramo. “A pesar de los innumerables esfuerzos del sector, el turismo no ha sido una actividad prioritaria de los gobiernos previos”. Entonces lo presentan como “una gran oportunidad de reactivación y también como un sector de servicios clave para pensar en un nuevo modelo de desarrollo económico”.

Yendo más al grano, las propuestas son: potenciar el Consejo de Promoción Turística, integrando a diversos gremios del país. Creación de una Estrategia Nacional de Turismo Descentralizada a 10 años plazo, que busque el desarrollo de destinos turísticos. Modificar la ley para entregar mayores atribuciones y facultades a la Subsecretaría de Turismo. Proponen mejorar el sistema de certificación de calidad turística, abordando aspectos cualitativos y no sólo cuantitativos y las características de las localidades y territorios. Sumarían una Estrategia de Turismo Cultural de Chile, en conjunto con el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Ante las contingencias económicas vislumbran una Estrategia Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias para la industria del turismo de Chile. Tienen en mente un plan de inversiones a 4 años, abordando la instalación de infraestructura turística en diferentes espacios naturales administrados por el Estado. Y con Apruebo Dignidad, se viene, de ser electos, la “certificación y recertificación de empresas en los sellos Sustentable y de Calidad Turística.

Desde lo alimentario, aparecen sustanciosos en la cruza entre comida y desarrollo sustentable. En su página 34 proponen una ley de protección a las semillas ancestrales y patrimonio genético. A modo de generalidad, en su página 40, pretenden “Un mejor desarrollo de las zonas rurales, con igualdad de servicios, conectividad integral y fomento de la agricultura para la soberanía y seguridad alimentaria. Junto con el programa de Yasna Provoste, son los únicos que suman el concepto de soberanía alimentaria junto con el de seguridad alimentaria. En este caso, mucho más a la par.

Quieren crear un Fondo Soberano de Adaptación al Cambio Climático, para “desarrollar una política de desarrollo de un sistema alimentario sostenible”, para generar “seguridad alimentaria de la población basada en criterios de salud, económicos y ambientales”, potenciando “el rol de la agricultura familiar campesina, la pesca artesanal y la acuicultura de pequeña escala, así como el repoblamiento y uso sostenible de las algas” (página 63). En la página siguiente buscan reducir los desperdicios de alimentos mediante una Ley Marco de Economía Circular y Gestión de Residuos, mientras que más adelante (páginas 81 y 82) se acercan al mundo rural a través de una “Política y Acuerdo Nacional sobre Soberanía Alimentaria y Nutricional, que fortalezca y valore la identidad de las comunidades y economías locales”. La soberanía alimentaria busca reforzarse en los ámbitos de agricultura y pesca a nivel general. Aparte piensan fortalecer el rol de las ferias libres y los mercados como actores clave en la distribución de alimentos, así como de programas que promuevan el comercio justo y los circuitos cortos alimentarios.

Si Apruebo Dignidad llega al poder, buscará concretar una Ley de protección a las semillas ancestrales y patrimonio genético. En su página 100 aluden, a través de los instrumentos de fomento al riego, diversificar cultivos, el rescate de variedades tradicionales, el establecimiento de cultivos de bajo requerimiento hídrico y la producción de alimentos locales pertenecientes a la canasta básica de alimentos de la población nacional. Suman más adelante (página 116) un plan de alimentación saludable que limite la publicidad de alimentos ultraprocesados y dañinos para la salud. Para terminar, más que obligar pretenden persuadir ofreciendo “incentivos económicos para la buena nutrición y cambiar patrones de consumo en cuanto tabaco, bebidas alcohólicas y analcohólicas, además de alimentos ultra procesados.”

 

José Antonio Kast Rist. Menciona cinco veces los términos turísticos y turismo, donde en principio y más que hablar sobre el rubro, las emprende contra los inmigrantes que ingresan al país con “visa de turismo” (punto 26 de su programa), asociándolos directamente a la subversión en la Araucanía o al tráfico de drogas. Más adelante sí propone cosas como incentivos tributarios para realizar actividades sustentables “como el turismo” (punto 157), mejorar los procesos de declaración de Zonas de Interés Turístico (punto 185) y desarrollar la infraestructura turística mediante concesiones a privados, nacionales y extranjeros (punto 186). Para Kast, continuar la Carretera Austral – al igual que Augusto Pinochet en su tiempo- resulta clave para incentivar, entre otros ámbitos, el turismo. En su punto 197 observa que la interconectividad, “significa mayor inclusión y sustentabilidad medioambiental. Además, los abre a la posibilidad de una nueva industria de Turismo Sustentable”.

Sobre alimentación, más bien se cuadra con la industria alimentaria, para proveer a la región de Atacama de un sistema de regadío que aproveche los excedentes hídricos de la Región del Bío Bío. O sea, la más que conocida carretera hídrica (punto 201). Mientras que en el punto 205 se aplica a crear un sistema de sello obligatorio de envases para la industria pensando en la degradación de estos una vez utilizados. Aunque no se expresa respecto del contenido de estos productos. Raro.

 

Yasna Provoste Campillay. En turismo, parten con una generalidad al pensar establecer un sello verde como parte de su manera integral de gobernar, donde se suma el área del turismo. Luego, en su estrategia de recuperación postpandemia, ofrecen programas de apoyo a la subsistencia y operación para Pymes y microempresas con foco en servicios, turismo y cultura. También revisar la definición de Bien Nacional de Uso Público de playas, riberas de ríos, esteros y zonas lacustres, para potenciar el turismo entre otros ámbitos. Sume el apoyo de INDAP al desarrollo del turismo rural (no especifican cómo, pero cabe aclarar que es uno de los roles de la entidad desde sus inicios); también programas de energía limpia enfocados en el área, más un guiño al mundo indígena y femenino, esbozando ayudas de forma general.

Uno de sus puntos del “Eje de la reconstrucción para sanar” refiere a que las familias afectadas por la crisis, “contarán, de manera oportuna, con fórmulas que les permitan acceder a alimentos en pequeños comercios de barrio que hayan adherido al programa”. Aluden además a la crisis hídrica como un problema que afecta a la seguridad alimentaria. Eso deriva más adelante en su documento, en la búsqueda de generar una nueva institucionalidad ambiental que cree condiciones para una mejor alimentación (punto I9).

El mundo agrícola siempre ha sido importante para la Democracia Cristiana y sus socios radicales y PPD. Así las cosas, en el punto III.4 diagnostican la necesidad de ampliar la matriz productiva de alimentos, aparte de ofrecer fondos para cooperativas agroalimentarias, transferencia tecnológica, polos alimentarios para innovar, promocionar y vender productos locales. Algo más específica es la propuesta de un Sistema Nacional y la Agencia Chilena de Inocuidad Alimentaria y extendiendo esa nueva entidad con oficinas en el SAG y otras agencias del Estado. Prometen generar nuevos centros de investigación y el desarrollo de productos alimentarios con sello de origen indígena.

Hay declaraciones de intenciones respecto de la producción sustentable (punto I6), además de un apartado en el área de educación, considerando a las manipuladoras de alimentos de los colegios como sujetos de enseñanza, proponiendo un estatuto especial para esos trabajadores, usualmente relegados dentro del sistema escolar.

 

Sebastián Sichel Ramírez. No es mucho lo que alude, directamente, el candidato de Chile Podemos Más (ex Chile Vamos, ex Vamos por Chile) al tema del turismo. Aparece una declaración de intenciones general en torno a diversificar la economía, mediante “la innovación de tecnologías y emprendimientos que entreguen valor a las industrias claves: minería, turismo, agricultura, pesca, entre otros”. Turismo aparece, además, como parte de un plan de fortalecimiento del sector creativo en Chile. Promete subir presupuestos de agencias como Corfo, Sercotec, Fosis e Indap, para apoyar el sector turístico en crisis. Súmese dentro de su oferta, un subsidio laboral a mujeres con sueldos inferiores a 1 millón de pesos, en comercio y turismo, por seis meses desde su contratación. Y sería.

En torno a la alimentación y sus derivados, describe la seguridad alimentaria como una de las tantas seguridades qué cubrir (punto 1.6.2.3), sin diferenciar demasiado ese aspecto. En realidad, por alimentos se enfoca en las pensiones alimenticias (punto 3.1), donde se explaya ampliamente. Es en el punto 3.2 donde pone foco a la comida, proponiendo la devolución del IVA a gastos por medicamentos y alimentos a las clases medias y bajas, retornando ese impuesto de manera trimestral. No se sabe bien de qué manera. Luego promete impuestos específicos a “alimentos con nutrientes especialmente dañinos, como el azúcar y la sal”, junto con un comodín habitual a la hora de buscar recursos para el Estado: apuntar a las bebidas alcohólicas: (impuestos) “desde un monto fijo por tipo de producto a uno que grave el contenido de alcohol, medido como gramo por litro de alcohol puro.”

 

Eduardo Artés Brichetti. El socialismo real lo será, al pie de la letra, con el candidato de Unión Patriótica. Lo que busca es una industrialización acelerada de todo el país, bajo una tutela estatal se entiende. Y tal como en la China actual y en los antiguos países socialistas, buscará hacerlo con planes quinquenales. Solo allí se cuela el “turismo y balnearios populares” (página 16).

Por el contrario, uno de sus ejes dentro de su plan de refundación completa de Chile, está la seguridad alimentaria -no habla de soberanía- que junto con las fuentes de energía “conformarán pilares centrales del proceso de industrialización e independencia económica de nuestro país” (página 12). Antes, en las páginas 4 y 5, tras hacer un extenso diagnóstico sobre las inequidades del modelo actual, propone una mayor participación del Estado en la producción y en la propiedad de la gran agricultura, incentivando el desarrollo de los medianos y pequeños propietarios. Lo que el profesor Artés propone es una gran reforma agraria en favor del Estado: “enmarcado en una política de reorientación de la producción agrícola en particular y alimentaria en general, centrada preferentemente en la satisfacción de las necesidades nutricionales de la población del país y no de aquella de países con elevados ingresos, hacia donde principalmente se exportan los mejores productos agrícolas de Chile”.

Bajo el gobierno del líder del Partido Comunista Acción Proletaria, se expropiarán todos los monopolios de producción y distribución de alimentos (página 15), junto con la estatización de la tierra cultivable va (página 17).

 

Marco Enríquez-Ominami Gumucio. Poco se refiere al ámbito turístico el ya cuatro veces candidato. Promete una Ley de Bosque Nativo, que beneficia de manera indirecta el turismo.

Es complejo detallar las propuestas de MEO, entreveradas en largos diagnósticos sobre el pasado y el presente nacional. Dentro de aquel análisis, busca proteger los humedales, que consideran claves para la producción de alimentos incluso a escala industrial (página 54). Luego es más concreto, planteando planes de riego para la pequeña propiedad campesina, la protección de las semillas tradicionales y de buena calidad de la agricultura campesina, más el control de la producción y distribución de semillas híbridas, prohibiendo el cultivo de semillas transgénicas (algo presente desde hace décadas en Chile).

En su página 76 se explaya en un programa nacional de prevención para adultos con riesgo de presentar diabetes o hipertensión arterial, a través de generar hábitos de alimentación saludable.

 

Franco Parisi Fernández. Tiene un apartado especial al turismo como eje clave. Propone crear el Ministerio de Turismo, tras diagnosticar latamente la actualidad del área (punto 187 de su programa). Luego desea fortalecer la promoción turística de Chile en el extranjero, mejorando el trabajo de las agencias encargadas de eso en la actualidad (ProChile, Sernatur, etc.) aunque con un énfasis en el ecoturismo y la cultura, temas habituales cuando se piensa en ese tema a nivel nacional.

En el punto 189 ofrece programas públicos -que no especifica- para el apoyo de pymes y medianas empresas del rubro. En el punto siguiente apuesta por desarrollar proyectos que pongan en valor el patrimonio cultural en zonas rezagadas y aisladas: “recuperando su arquitectura y costumbres ancestrales haciendo protagonistas a las propias comunidades locales”. Ahí, curiosamente, pone como ejemplo “la restauración de las iglesias de la precordillera y el Altiplano de la Región de Arica y Parinacota”. El detalle: ese trabajo ya lo realizan, desde hace varios años, agrupaciones privadas como Fundación Altiplano. Luego propone geoparques, la apertura de nuevos puertos para la recalada de cruceros, ampliar programas de turismo social, plantear que los vuelos desde países vecinos sean considerados como locales (y así aterrizar en todas las pistas nacionales), aparte de regular el turismo laboral.

Hay generalidades sobre alimentación sustentable, como también el impulso a una Ley de Protección y Conservación del Suelo (punto 50) que beneficie la seguridad alimentaria, algo repetido en el punto 51. En su punto 54 promete programas de desarrollo rural sostenible.

Parisi es el único en aludir de manera directa a los cultivos transgénicos, abriéndose a su uso en Chile más allá del cultivo de semillas como se hace hasta hoy. Y a la vez, en el mismo párrafo, a modo de gran paradoja asegura que sabrá proteger los cultivos nativos. En su punto 64 declara: “Se impulsarán estudios referentes a los impactos positivos como negativos del uso semillas transgénicas en territorio nacional. Se promoverá el rescate de semillas nativas y autóctonas de nuestro territorio.” En su punto 88 propone plantar limones y naranjos en las calles junto con el incentivo a huertos comunitarios. Finalmente, en su punto 166, rebajar el IVA en los alimentos, sin especificar cuáles.

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