Crítica de restaurante. Mar Central: de personalidad y sabores por crecer

Carlos Reyes M.
Publicado en LA CAV, noviembre 2021

Estar de la moda entrega un viento de cola importante, sobre todo en un Maitencillo donde la oferta suele ser a lo sumo correcta y no mucho más. Por eso la cocina de Andrés Vallarino (secundado por su socio Sebastián Díaz) genera expectativas. Su pasado-presente en Comedor Central de Providencia y el pretérito distante de Hogs y el aún más lejano Bar Central, le dan cierto crédito ante su primera aventura de cara al mar.

El lugar se explaya en la onda de la “barra marina” como se denominan: claridad a toda prueba, terrazas al aire libre bien protegidas del viento, comedores de ventanales generosos frente a un mar que inspira respeto y buen aire. Un escenario ecualizado a su carta acotada de platos, cuya sencillez culinaria se apuntala con productos de calidad y arrestos de sazón distintivos. Beber un Bloody mar ($ 5.600) con el jugo de tomate aliado a tonos marinos, abre los apetitos de par en par. Si se hila con un mariscal ($ 8.900) de tamaño mediano, con almejas crudas (lo mejor del plato) sacadas en la zona, aparte de ostiones, pulpo y camarón local, el ambiente se relaja para mejor.

Quizá sea para mantener a raya el precio, es que los Tacos de chicharrones de pescado ($ 6.900) llevan masa de trigo y no de maíz (lo pide a gritos), pero la delicadeza en la fritura del pescado y las sazones cremoso-cítricas-picosas que van y vienen, saben dejar bien parada a la preparación.

El Tocomple de camarón ($ 6.900), reminiscencia del viejo Hogs, es un vaivén de picor, sensaciones verdes de palta y apio, suavidad en la carne y en su pan brioche. Buen y finito tentempié. El plato fuerte, bajo: el Arroz frito parrillero ($ 11.900) reseco, con el huevo pasado de cocción y un alioli sin la garra de ajo que exige la promesa de sabor que cruza toda la carta. Decepción de forma y fondo. Para cerrar el Flan Central ($ 4.200), único postre disponible, lució cremoso, delicado y de dulzor intenso.

El check out dice: una cocina con personalidad propia, por sobre la media de su entorno, aunque ronda la idea de que puede dar mucho más -en calditos cortos, en platos de fondo de olla, en salteados y postres- y así separarse con propiedad del pelotón costero. Les queda todo un verano por delante para demostrarlo.

De los vinos: una carta acotada y a la vez eficiente en variedades de vinos pensados para su comida. El Villard Expresion pinot noir ($ 3.600 por copa) anduvo muy bien con la comida, aunque ojo: muy, muy frío como llegó, no hace buen juego. Atención a las temperaturas.

Dirección: Avenida del Mar 2730, Maitencillo.
Teléfono: +56992492263.
Descorche: $ 5.000.

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