Por Paula Silva Díaz (*)
Entre los insumos más cotizados durante la última década está el Lúpulo. Es que es el elemento esencial para la conservación cervecera. Pero el entusiasmo por éste no radica en aquella característica, sino por el amargor que entrega y a su diversidad aromática.
Y si bien las cervezas lupuladas tienen presencia desde hace más de 200 años -en Inglaterra-, la “segunda ola” de esta revolución se dio en los Estados Unidos en la década de 1990. Hoy sigue con la misma fuerza, incluso, en paisajes más reconocibles como Requinoa, en la VI Región. En esa pequeña ciudad, principalmente vinícola, tres primos de la familia Sokorai emprenden en el mundo de la cerveza. Luego de dos largos años implementando, aprendiendo y definiendo sus estilos, les permiten hace apenas dos meses comenzar con la venta a público.
IPA Wild Pines se sirve fácil, turbulenta y en cascada, hasta generar una espuma blanca, muy compacta y cremosa. Sin titubeo se mantiene estoica sorbo tras sorbo. Su cuerpo es ambarino, como algunas clásicas IPAs inglesas y algo nublado, reseñando residuos de las cervezas artesanales no filtradas. En aroma, una primera impresión a mentolado o eucaliptus, pasando por fruta tropical, cascarita de naranja, finalizando con cierta resinocidad a pino, todos aportes de sus lúpulos Citra, Amarillo y Simcoe.
Wild Pines hace honor a su nombre. En boca volvemos a rescatar la resinosa a bosque de pinos, propia del lúpulo, con una potencia de amargor muy honesto y directo, sostenido por el trabajo de las maltas nacionales usadas en su receta, que aportan cierta nota a galleta o a corteza de pan y a dulzor a caramelo, ayudando a balancear hacia una buena bebestibilidad.
Recomiendo acompañar con una tablita clásica con aceitunas, quesos, pickles y jamón o quesos más frescos como de chacra con ají verde picadito. El amargor de la IPA armoniza muy bien la grasitud de carnes porque nos ayuda a limpiar la boca, permitiéndonos disfrutar de otro bocado y otro sorbo. Cerdo, cordero y vacunos con buena proporción de grasa, idealmente a la parrilla, irán muy bien. También unas sopaipillas con pebre, las clásicas hamburguesas o nuestro tradicional Barros Luco. En postres, el amargor armoniza y equilibra el dulzor así que picarones pasados, kuchen de nuez, berlines con manjar serán una muy buena opción.
Comenzar un proyecto en medio de la crisis debe ser la sensación de más incertidumbre que se puede vivir como emprendedor. Y si eres de regiones, más aún.
6,5° alc., 40 IBU
Disponible en: www.sokos.cl/
Precio referencial: $8.990, pack de 4 botellas
*BeerSommelier Doemens y creadora de Catas Colaborativas.