El impulso a este día lo dio el cocinero Rubén Tapia (restaurant Quinta La Chanchá) para darle un mimo de valor a un plato diario, con múltiples variantes en torno a su fórmula, más allá de ser una masa de rápido amasado y cocción parrillera, siempre al carbón o sus derivados más finos como el sijo. Puede ser con polvos de hornear, con algo de levadura para un leudado leve; también manteca, grasa directa o aceite vegetal, mezclado a veces con harina integral o blanca de forma más usual, como muestra este video donde se entrevista a un buen puñado de churrasqueros en calles y mercados. “Es el desayuno de los talquinos”, dice.
Acá se habla sobre las historias tejidas alrededor de su origen, de las variantes sangucheras y de cómo se ha expandido desde la periferia hasta el centro mismo de la ciudad.
¿Qué dirán desde otras partes de Chile donde estas masas son parte del paisaje urbano? El debate está abierto. En Talca ya lo reconocieron, en todo caso, resaltando un símbolo de identidad que por medio de estas acciones de reconocimiento, va lentamente convirtiéndose en patrimonio local.