La genealogía del vino chileno: ¿Santiago, La Serena o Concepción?

Por Gonzalo Rojas Aguilera

Publicado en www.vinifera.cl/editorial, septiembre 2020.

Como resulta ser hoy en día de conocimiento común, los registros más antiguos del vino de Chile corresponden la ciudad de Santiago, vale decir, a lo que actualmente conocemos como el Valle del Maipo. Si bien durante décadas, numerosos escritores solían atribuir el surgimiento de la vitivinicultura chilena a la introducción de los primeros cepajes por parte de un supuesto fraile, conocido como “Francisco de Carabantes”, desde el Perú, vía el puerto de Talcahuano, Concepción. Sin embargo, dicha hipótesis, planteada originalmente por el naturalista francés Claude Gay en 1855 en su obra “La Agricultura Chilena”, no pasó de ser una azarosa conjetura, hoy en día ampliamente desacreditada por la historiografía nacional, pues Francisco de Carabantes nunca estuvo en Chile, y tampoco fue un fraile, sino un comerciante peruano que poseía cultivos viníferos en Perú, pero sin una conexión con Chile, que haya sido posible demostrar a la fecha.

En efecto, los registros más antiguos de vitivinicultura, correspondientes a la Capitanía General de Chile, están relacionados con el Cabildo de Santiago. De esta manera, en agosto 1554 se registró la existencia de la primera viña de Chile, propiedad de Diego García de Cáceres, consignada en el Acta de Cabildo del 28 de agosto. No obstante, el acta del cabildo sólo registra la existencia del viñedo, no del vino. Pero, en este mismo sentido, un año más tarde, en 1555, el propio cabildo registra la existencia de vino, “con destino para la misa”, elaborado por el conquistador Rodrigo de Araya, a la sazón, “el primer vitivinicultor de Chile”. Si bien el registro primigenio de la existencia de vino en Chile corresponde a las cartas de Pedro de Valdivia (4 de septiembre de 1545) al Emperador Carlos V, fechadas en la Ciudad de La Serena, no fue sino hasta una década más tarde, que comenaría a producirse vino en el territorio local, como lo consignan las fuentes documentales.

Sobre este último punto, cabe señalar que no ha estado exento de controversias, dado que ha existido históricamente una disputa, entre diversos historiadores, sobre el origen último de la implantación de las primeras variedades viníferas en la Capitanía, dado que, originalmente, durante el siglo XVI, la introducción de toda clase de cultivos, animales y mercancías se realizada desde el puerto de Coquimbo (el primer puerto de Chile), y luego eran llevados por tierra hasta Santiago, y posteriormente hacia la ciudad de Concepción, fundada en 1551, el mismo año en que Caudio Gay estimaba la primera vendimia en Santiago. Asimismo, Gay creía que la primera vendimia en Chile podría haber ocurrido en 1548, en La Serena, por parte de Francisco de Aguirre, una fecha que ha sido desacreditada en la actualidad por parte de la historiografía chilena y peruana.

Desgraciadamente, la destrucción de la ciudad de La Serena en 1680 por parte del pirata inglés Bartolomé Sharp, produjo la desaparición de prácticamente todos los registros existentes, tando eclesiásticos, como seculares (actas del cabildo, testamentos, crónicas y memorias). No obstante, sí se ha conservado un documento original, correspondiente a los planos de la ciudad de La Serena, de 1556, donde se consigna la existencia de la viña de Francisco de Aguirre, en la ribera norte del “río Coquimbo”, hoy conocido como río Elqui. Vale decir, un viñedo contemporáneo a los de García de Cáceres y Rodrigo de Araya, con lo que se conformaría lo que podriamos denominar como el grupo de los “fundadores” de la vitivinicultura chilena, a los que se sumarían pocos años más tarde los nombres de Juan Jufré en 1556 (Macul), Inés de Suárez (Colchagua) y Rodrigo de Quiroga (Cachapoal), para las décadas de 1550-1560.

LA SERENA Y CONCEPCIÓN, A LA DISPUTA DE SANTIAGO. Sobre este último punto, hoy en día yace en pleno debate historiográfico por parte de un grupo de historiadores de la Universidad de Santiago, liderados por el Dr. Pablo Lacoste, en colaboración con académicos de Argentina y Perú, dada la importancia que reviste esta fecha para América del Sur. Efectivamente, ese mismo año de 1556, se registra el surgimiento de la vitivinicultura en Argentina, gracias a los cultivares llevados por Juan Cedrón desde La Serena a Santiago del Estero, propagados desde allí hacia las demás provincias argentinas durante los siglo XVI y XVII.

Respecto a la ciudad de Concepción, el registro más confiable respecto a su existencia es de 1595 y corresponde al cronista González de Nájera, donde señala que: “Viñas hay muchas y muy buenas, de gruesas cepas de muy buenas uvas (…) y excelentísimos vinos claretes y blancos”. Sea como fuere, la buena noticia es que ya existe una versión cada vez más detallada respecto a la genealogía del vino chileno, la que nos va mostrando cómo fue el derrotero de la variedad Listán Prieto, conocida en nuestro país como “Cepa País”, en su arribo fundacional a la comarca y su posterior propagación en el Cono Sur.

Traída desde Lima hasta La Serena y Santiago, esta variedad llegó en 1548 al Virreinato del Perú procedente desde la Capitanía de Guatemala (1520), y a su vez, desde Santo Domingo (La Española, 1493), en América. Originaria de Castilla, esta variedad había sido propagada en las Islas Canarias por los viticultores y navegantes hispánicos, con el fin de abastecer a los galeones en su trayecto hacia el Nuevo Mundo

CRONOLOGÍA FUNDACIONAL DEL VINO CHILENO
1545: Primer registro de vino en Chile, traído por parte de Pedro de Valdivia.
1548: Llegada de los primeros cepajes de uva listán prieto a la capital del Virreinato del Perú, Lima, cultivados de Hernando de Montenegro y Francisco Pizarro.
1554: Primera vendimia registrada en Chile, en Santiago, por parte de Diego de Cáceres.
1555: Primer vino registrado en Chile, por Rodrigo de Araya, en Santiago.
1556: Primera viña registrada en La Serena, por Francisco de Aguirre.
1595: Vino de Concepción, registo de cronista González de Nájera.

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