Existe un condimento de apremio vertido sobre la nueva temporada -la cuarta- de Plato Único. Vuelve a la pantalla de Canal 13 (sábado 10, 17.30 horas), tras su paso por Mega y bajo la condicionante de la pandemia sobre cada uno de sus protagonistas. Paradójicamente, es clave que así sea, porque es la base de esta serie de 12 entregas conducida por Marcelo Cicali y dirigidas por Jaime Landeros.
Ambos conocen de primera mano lo que tener un restaurante. Landeros con lugares como El Barcelona y Robinsonia, hace más de una década; mientras que Cicali, socio y “gerente espiritual” de Bar Liguria, a diario -y de manera literal- busca el sustento para sus locales de Santiago y Providencia en medio del vaivén social del Covid-19. Entonces la temática se tiñe de solidaridad gremial, con personajes fundamentalmente de Santiago y algunos en el sur de Chile, ahí donde pudieron sortear las restricciones.
Plato Único versión 2021 viene con testimonios variados: quienes quebraron y perdieron negocios, los que cambiando su foco de venta se reinventaron. Otros que emprenden por primera vez en el área de la comida puertas afuera; mientras que otros, los menos, descubrieron la cocina y comienzan en el hogar a ingresar en un mundo para ellos nuevo. Y sabroso. “Es la parte bonita la de la reinvención y eso del salir adelante. Lo tenemos presente en las historias, incluso en los que quebraron” cuenta Jaime Landeros.
Pero Plato Único tiene un sello que lo ha mantenido en TV: mostrar comida, tentar desde la imagen y observar el entorno de cada preparación, quien, cómo y por qué nace cada plato. “Tiene que ver con la diversidad y esa premisa la tenemos en cuenta. En esta ocasión, definitivamente hay historias de cocinas de varias partes más allá de la nacional. Personajes como Marcos Baeza (Emporio Japonés) o José Luis Pascual, entre otros, muestran platos de otros países, en su mayoría hechos por chilenos”, cuenta el director. En total son tres por programa, completando 36 relatos teñidos de sabor y resiliencia.
Lo que se viene este sábado 10: el inicio en la Zona Cero en Santiago Centro desde Antigua Fuente (ex Fuente Alemana). Luego un pase a San Esteban de Los Andes, a restaurante La Bodeguita de Muñoz -donde fueron durante la primera temporada- reconociéndolos en su nueva realidad con el local vacío. El cierre, con el actor Julio Milostich, que capeó su cesantía cocinando y vendiendo empanadas hasta que, según sus palabra, la comida le ganó a la actuación.