Volver a comer al mercado

Por Michael Seguel

Desde frescas merluzas fritas y reinetas salteadas hasta empanadas de distintas preparaciones. Estas son algunas de las degustaciones, sabores, olores y colores dispuestos en los mercados de Santiago. En un paseo por estos locales se aprecia cómo la pandemia afectó la visita de comensales y el tránsito diario del sector, pero no cambió el gusto y la buena atención de los locatarios.

Por supuesto hay medidas sanitarias: higienización de manos y mesas, antes y después de la atención al cliente; mascarillas por todos lados y el alcohol gel que terminó siendo un adorno más que acompaña a la servilleta, los servicios, el pancito y el pebre…  Desde “Juanito Ollas” hasta “La Chica Picarona”, pasando por “La Tinita”, “La Tía Ruth” y el “Christiancito”, todos ofrecen sus servicios buscando parecerse a la época pre-pandemia o, al menos, eso intentan. Porque como dice la canción de Sandro: “al final, la vida sigue igual”.

Juanito Ollas. “Pescado frito con arroz, ensaladita gourmet, y una porción de papas fritas caseras… viene con una sopita -tipo consomé- a gusto del cliente”, así describe Juan Mancilla, el dueño de Juanito Ollas, uno de sus platos estrellas que vende en el segundo piso del Mercado Tirso de Molina por sólo $3.000 pesos, donde la protagonista es la merluza. Además, otro de sus platos que son la “punta de lanza” de su local es la paila marina -$7.000- que trae camarones y uno que otro calamar, todos productos que consigue “fresquitos del Mercado Central”. El hombre que lleva 18 años en el Tirso de Molina, tras figurar como cocinero oficial del presidente Patricio Aylwin en los tempranos ’90 y por la pandemia trabaja de cuerpo presente los viernes, sábados y domingos. Sin embargo, el local funciona como siempre, con las medidas sanitarias que corresponden – desde la mascarilla hasta el alcohol gel- de lunes a viernes desde las 12.00 hasta las 18.00 horas. El patrón del lugar aconseja llegar temprano para aprovechar el fresco sector de terraza y el estacionamiento que hoy está habilitado. Santa María 409 segundo piso, Recoleta.

La Chica Picarona. En un rinconcito del segundo piso del Tirso de Molina se encuentra una señora de poquito más que el metro y cincuenta centímetros que desborda entusiasmo. “La Chica Picarona” no quiere revelar su nombre, pero lleva más de 60 años en este tradicional sector con su cocinería de comida casera. Allí destacan platos como el pescado frito con arroz o papas mayo, más una ensalada surtida (tomate, repollo, zanahoria y pepino) y una bebida tamaño “express” por $ 3.500. Eso incluye un consomé de mariscos o vacuno -a gusto del comensal- además del pan y el pebre bien picante. “El secreto es la sazón que le pone nuestro cocinero que lleva más de 20 años con nosotros”, dice. Entre lomos salteados y a lo pobre, pescados fritos y pollitos, los precios van desde los $ 3.000 a los $ 8.000 pesos, en un lugar que no deja espacio para los “regodeones” con sus porciones abundantes. Santa María 409 segundo piso, Recoleta.

La Tinita. Manteniendo las nueve variedades de empanadas el local sigue vigente tras 70 años de en el Mercado de Providencia en calle Antonio Bellet. Los sabores van desde el queso, pino, vegetariana, jamón/queso, jamón, pollo, champiñón, mariscos, sumando además porciones de pastel de choclo. Los precios parten por los $ 1.600 y la producción empanadera comienza a diario desde las ocho de la mañana, con la receta tradicional que se caracteriza por el amasado y la selección de los ingredientes disponibles en el mismo mercado con sus vecinos locatarios. Las versiones de pino –de generosos 300 gramos- quedan listan tras 20 minutos, mientras que las demás variedades no pasan de los 15 minutos. Ojo, que lo horarios con la pandemia han variado: lunes a sábado de 09.00 a 15.30 horas. Antonio Bellet 58, Local 7, Providencia. www.latinita.cl

Christiancito. En este local del Mercado Central los platos parten con el mariscal frío, acompañados de un consomé calentito y limones generosos en tamaño. Esta delicia es una de las duplas más pedidas en un menú que tiene valores desde los $4.000. El pescado frito también es uno de sus fuertes que va con diversas ensaladas surtidas y, por qué no, ensalada chilena. También su materia prima se consigue en el mismo sector y se preparan durante la mañana con el cuidado y sabor que caracteriza a este local. A modo de precaución los manteles fueron sacados para una mayor higienización de las mesas, se les mide la temperatura a los clientes, además de entregarles un poquito de alcohol gel. San Pablo 988, loc. 74, Santiago Centro.

La Picá de La Tía Ruth. En el sector de la Vega Monumental se encuentra la Tía Ruth, conocido local en que incluso se han grabado escenas de teleseries, como “Wena Profe” de TVN.  Aquí puede encontrar todo tipo de comidas caseras -con las medidas sanitarias que corresponden- como la cazuela de ave o vacuno por $ 2.500. Mismos valores para el pollo asado o arvejado con su respectivo agregado o, en su defecto, una rica carne al jugo. Estos son los precios más económicos.  Ojo, no se vaya a perder entre tanto local, frutas, verduras y hortalizas en esta zona. La Tía Ruth lo espera pasando por “Hasta las Masas” y “Donde Rodrigo” y a un costado de “Los Rodríguez”, otra tradicional fuente de soda del sector. Vega Central, Loc. 549 – 597, Recoleta.

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