Los detalles del protocolo de reapertura de restaurantes

Hay cosas que cambiarán el modo de ver la comida fuera de casa si se pone en práctica, el protocolo acordado entre el gremio restaurador chileno y el Ministerio de Economía, pensando en una futura apertura de restaurantes tras la emergencia sanitaria. Recomiendan eliminar las cartas en los restaurantes por ejemplo. A lo sumo tablas a la vista como en bares y fuentes de soda; a lo mejor una pizarra para mirar a distancia. O vía internet.

Se establece un distanciamiento mínimo de un metro entre mesa y mesa, que redunda en menores aforos en los comedores. No se permitirá servir comida compartida, para dos o más personas; solo platos individuales. Habría entonces que decirle adiós a parrilladas, chorrillanas, a los menús de comida china entre muchas otras recetas y conformarse con el individualismo de la mesa, a lo sumo mirando al o los acompañantes, siempre manteniendo el nuevo mantra de la distancia social.

A primera vista se cierne un sacrificio gastronómico y cultural.

Las reglas no son taxativas sino recomendaciones hasta el momento en la medida de lo posible. De momento porque no se han abierto los restaurantes y aún no hay fecha para eso. Esa era una de las mayores preocupaciones de la Asociación Chilena de Gastronomía representada por Máximo Picallo: “Recogieron varias de nuestras observaciones y en general es un protocolo amigable en el sentido de que puede ser cumplido tanto por una gran cadena de restaurantes hasta un pequeño restaurante. Esencialmente cubre tres aspectos básicos, la higiene, el aislamiento y la protección vía mascarillas a todo evento”, cuenta el dirigente de una asociación que representa a más de un centenar de restaurantes y comedores institucionales de gran tamaño.

Una vez abiertos los comedores, la nueva realidad será más o menos así: Las reservas previas mediante páginas web, redes sociales o teléfono, a fin de evitar aglomeraciones. En la puerta deberán medirle la temperatura antes de ingresar, la ya conocida pistola-termómetro. Ya dentro habrá zonas segregadas de entrada y salida con señalética visible; en ambas zonas habrá espacios para la desinfección de manos y de zapatos. Un metro de distancia deberá existir entre las personas y así se organizarán mesas, sillas, escritorios y barras. Es decir habrá una sustancial reducción de las plazas de los restaurantes nacionales ¿Quiere ir al baño? Deberá hacerlo con mascarilla y dentro, todo material de limpieza será desechable, de papel idealmente. A eso se suman una serie de recomendaciones tanto para proveedores como para el personal de la cocina.

El protocolo cuenta con voces disidentes como las de Manolo Vidal, dueño del conocido restaurante Las Lanzas de Plaza Ñuñoa. En entrevista al programa Ideológicamente Falsos de Radio Qué Leo, declaró que “Básicamente está hecho de una persona que va a comer a un patio de comidas de mall. Se piden entradas separadas y segregadas, cuando los locales tradicionales no tienen esos espacios. Eso solamente se controla solamente con tres palabras: aseo, aseo y aseo. Se privilegia el uso de mascarillas salvo cuando se está comiendo ¿Cómo se explica eso a alguien con dos pisco sour en el cuerpo? Aparte de las cartas ¿En qué pared vas a poner toda la carta de comidas y de vinos? ¿O manteles de papel en mesas de tres metros de largo? Son cosas que no tienen sentido”, comentó.

El menú está servido para la polémica.

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