Aquí reparto: Los Buenos Muchachos

Desde sus inicios han contado con comida chilena centrina, solo que entre tanto carrete, tanta parrillada, no se vislumbra con claridad un bosque culinario bien sustancioso. Vale recordar que su “desde 1939” corresponde a su génesis como chanchería, que han seguido honrando ocho décadas más tarde, cocinando un arrollado -frío o caliente- que es uno de los mejores de la ciudad. Hay sensibilidad en platos que no van a la parrilla: pasteles de choclo, machas a la parmesana, camarones al pil pil van por esa línea. Aunque les tira la proteína cuadrúpeda. Eso también en su carta para llevar o de reparto, acotada a las circunstancias y a cómo puede viajar la comida sin perder tanta prestancia.

Se alternan costillares asados, carnes mechadas, plateadas al jugo o un plato de la casa como es el Chanchito campero, creado allí y ganador de un lejano concurso gastronómico; se ha extendido como patrimonio por otros locales criollos. Fue una ventaja estar cerca del restaurante, por lo que el pedido llegó rápido y la comida aún tibia, en una gran caja de cartón que aseguró “distancia social” entre el repartidor y la comida. Nada mal. Para ir más allá de las brasas se optó por un Asado de tira -fuera de carta- cocinado a la olla y con todos sus jugos. Es bueno darle un golpe de calor antes, para que suelte una enjundia que resalte su textura suave, golosa. También echarle algo de sal porque, o se les pasó esa horneada o están preocupados por los excesos de sodio. Quizá lo segundo porque la Empanada de pino ($ 1.800), de masa dorada, delgada y crocante, venía con relleno rechoncho aunque tímida de sal.

En los acompañamientos hay purés, arroces, ensaladas verdes y porciones generosas de papas doradas y sobre todo fritas. Pero como a estas últimas les cuesta viajar, la opción Ensalada de quinua ($ 4.500) figuró como una apuesta segura: granos suaves y blandos, sazón ideal, sumado a un tamaño que puede ser un almuerzo ligero para cualquier vegetariano.

¿Y las parrilladas? Por supuesto, siguen y en dos formatos. Su técnica es la de marcar a la brasa todos los productos, para darles el tono de sabor que les recuerde un paso por el carbón, para luego meterlos en una bolsa sellada al vacío y de ahí, a correr. Algo así como un timbre de agua que le recuerde a quien lo recibe que existe un lugar en el centro de Santiago, donde todavía existe una parrilla prendida.

www.lbm.cl
Despachos a casi todo Santiago a costos variables. Consumo mínimo de $10.000.
Pedido con 24 horas de anticipación al 26980112 y 225664660. Vía WhatsApp al +56225664660 de Martes a Domingo de 10.00 a 19.00. También vía UberEats.
Instagram: @losbuenosmuchachosresto

Comparte: