Las deliciosas huellas ahumadas propias de la cocción a la leña, lenta y dedicada sobre un cordero al palo, serían parte de un ideario lejano y mítico de no ser por El Mesón de la Patagonia. Heredero de El Mesón del Calvo, su antiguo nombre e ideado allá por los años ’90, el local sigue siendo el único espacio “oficial”, donde conseguir este manjar cárnico austral. Es decir, en la práctica sigue corriendo solo en una ciudad que va para los siete millones de habitantes; donde “lo chileno” a la hora de hablar sobre restaurantes se remite a lo que sabemos de la zona central criolla.
Y no, este país tan largo ofrece más productos, posibilidades, costumbres y sabores. Como por ejemplo los que entrega la Patagonia nacional, llena de sencillez y contundencia que en esa cocina saben a lujo. Así pasa con ocurre con la intensa sensación animal (valga la redundancia) del cordero al palo, torneado de bordes crocantes. Es el Asado de los arrieros ($ 16.000) que se acompaña con papas a la leña.
Hay más opciones, por cierto: Tártaro de centolla ($ 14.000) Tártaro de atún ($ 12.000) Jamón de cordero ($ 9.000) y la Centolla al natural categoría premium, o sea cocinada in situ (de lo contrario su carne se deshace), que no es congelada y que llega vía aérea ya sea desde Magallanes, Aysén o Chiloé. Mientras más al sur, más suave y delicada es su carne; más al norte su intensidad es mayor. Esa carne casi cotiza en la bolsa, por su disponibilidad fluctuante así que requiere consultas previas, pero vale la pena para una ocasión especial. Fuera de eso, los sabores del sur más al sur, están presentes en Santiago a través de una embajada informal, que por estos días ha sabido desplegarse por la ciudad vía reparto.
Reparto directo sin costo al +56985278105 para Lo Barnechea, Las Condes, Vitacura y Providencia. Recargo por envío a La Reina, Peñalolen, Ñuñoa y Santiago Centro… a excepción de pedidos por sobre $ 30.000.
También vía aplicaciones de reparto: Rappi, PedidosYa, Uber Eats