Desde hace más de dos décadas que Donata Bergman prepara helados. Se inició en su casa, en Italia, y desde hace 16 que los fabrica de manera profesional en Santiago. Así ha crecido, por una calidad que en su momento elevó el estándar de lo producido en la ciudad. Su calidad -y su éxito- inspiró a otros tantos en el oficio de la heladería con altura de miras. Esa factura perdura hasta hoy, posicionada en el rubro como una respetable distribuidora de productos a empresas y restaurantes. A la espera de proseguir post Covid-19 y de reabrir sus dos locales en Patio Bellavista y Costanera Center, realiza entregas a domicilio. Sabores intensos, reales como en el caso del pistacho (en la foto), sin trazas colorantes, entre muchos otros. Lo que une a todas sus creaciones son los batidos de textura untuosa y pareja, que se mantienen ideales en el congelador, que aportan un goce dulce y frío, que a la vez acoge.
Cuenta con versiones de medio ($ 5.500) y un litro ($ 10.000) en muchos más de 40 sabores y contando.
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