No está claro cuánto es el porcentaje de participación de la mujer en el ámbito profesional del vino. No se mide a grandes rasgos, tampoco se visibiliza; menos se comprenden los por qué de tanta asimetría en la toma de decisiones desde una perspectiva de género, salvo por el atavismo de que el vitivinícola es un territorio masculino, como muchos otros. Desde ese punto de vista urgió el nacimiento de un ente gremial creado por y para ellas: las Asociación de Mujeres del Vino en Chile, MUV.
Nacieron hace poco más de un año, mostrándose recién ahora para el lanzamiento oficial de su logo a fines de noviembre. Precisamente, a decir de ellas, porque tras 12 meses de reuniones para definir objetivos, decantar ideas y darles acción, tienen cosas que contarles a los demás. “Se trata de es colectivo sin fines de lucro, que tiene por objetivo generar alianzas de trabajo. También impulsar acciones que difundan y transmitan la cultura del vino a las generaciones venideras desde una mirada integradora”, dice su presidenta interina, la historiadora del arte y sommelier Nadia Parra Monroy. Líder transitoria porque en algunas semanas más formalizarán su directiva mediante elecciones, y conformarse de manera definitiva.
Lo de las alianzas está avanzado. Ya fuero parte de la Convención Internacional de Asociaciones Femeninas del Vino, en el marco de la Feria SIMEI 2019 realizado en Milán el mes pasado. Ahí firmaron un acuerdo para conformar una red colaborativa de alcance internacional entre 12 asociaciones femeninas similares. Un primer paso en comunidad alrededor del vino, aprovechando de invitar a sus pares italianas a participar en el Congreso que la OIV realizará en Chile a finales de 2020.
Además la MUV centra sus objetivos en elaborar un plan de acción para promover el desarrollo y la difusión de proyectos en zonas patrimoniales. Lugares muchas veces rezagados pese a sus siglos de historia y calidades de sus botellas. También conectar a los productores y consumidores mediante actividades educativas, basadas en el consumo responsable y también crear consciencia de la importancia económica y cultural del vino dentro de Chile, en tiempos en que el consumo desciende.
Hoy la asociación la conforman profesionales del enoturismo, educación, comunicación, servicio y comercialización, entre otros sectores. Esa diversidad es la que simbolizan las gotas de colores, que rodean la botella y la copa que son la base de su logo. Son 38 las asociadas y contando. Y las interesadas en pertenecer a la MUV, deben esperar entre enero y marzo para enviar sus postulaciones. La dirección: mujeresdelvinochile@gmail.com.